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Cuba lavó $3,900 millones
en el sistema bancario internacional.
Gerardo Reyes
El Nuevo Herald
En una operación insólita, rodeada de más interrogantes que de
respuestas, el gobierno de Cuba filtró $3,900 millones al sistema
bancario internacional utilizando un programa de la Reserva Federal de
Estados Unidos de reposición de billetes viejos, según se desprende de
una investigación del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
La maniobra, que se realizó durante siete años, no solo originó la
segunda sanción más alta impuesta a un banco extranjero en la historia
de Estados Unidos --$100 millones--, sino que además ha desatado toda
clase de especulaciones sobre el origen y el destino de los fondos
cubanos.
Algunos analistas sostienen que la fuente de los dineros depositados en
el banco multado, Unión de Bancos Suizos (UBS), podrían ser de negocios
ilícitos como el lavado de dinero, pero en el gobierno de Estados Unidos
la idea general es de que se trata simplemente de ingresos de la isla
por concepto de turismo y remesas, comentó un funcionario de la Reserva
Federal a El Nuevo Herald.
De acuerdo con la investigación federal, explico el vicepresidente
ejecutivo del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, Thomas C.
Baxter, Jr., empleados de UBS se pusieron de acuerdo para aceptar
ilegalmente dólares en efectivo enviados por el gobierno cubano y
acreditar el valor de los mismos en cuentas bancarias cuyos titulares se
desconocen.
El UBS es uno de cinco bancos autorizados en el mundo por un programa
internacional del Banco de la Reserva de Nueva York (Extended Custodial
Inventory, ECI) para facilitar la distribución de la divisa
estadounidense y reponer billetes de dólares deteriorados.
Establecido en 1996, el programa excluye a los países designados como
enemigos de Estados Unidos por su colaboración con el terrorismo
internacional, como es el caso de Cuba.
El gobierno de la isla ha reaccionado sensiblemente al escándalo. Una
nota editorial, publicada ayer en la edición del periódico Granma,
calificó de ''repugnante infamia'' la versión de que el dinero podría
estar relacionado con actividades ``que son enérgicamente combatidas por
nuestro país como el lavado de dinero y el tráfico de drogas''.
Aparentemente la nota es una respuesta a un documento preparado por
Ernesto Betancourt, ex director de Radio Martí, y publicado en El Nuevo
Herald. En el documento, Betancourt pide una investigación a Estados
Unidos sobre el origen y el destino del dinero.
''Las cuentas no cuadran'', dijo Betancourt a El Nuevo Herald, ``Tanto
dinero no puede ser producto de turismo''.
Granma afirma que los fondos cuestionados son producto del turismo,
rubro por el cual la isla recibió $1,900 el año pasado, y de las remesas,
que registran un promedio de $1,000 millones anuales.
La autoridades de Estados Unidos descubrieron la ilegalidad por
accidente. Según explicó Baxter a una comisión del Senado, la pesquisa
se inició a raíz del hallazgo de aproximadamente $650,000 en Baghdad.
Descubierto por soldados estadounidenses en abril del año pasado, el
dinero estaba envuelto en paquetes de la Reserva Federal de Estados
Unidos. Al hacer el seguimiento del seriado de los billetes, se llegó a
la conclusión de que la suma había salido de las bóvedas de UBS en
violación del acuerdo entre la Reserva Federal y el banco.
Después de varias negativas falsas de las irregularidades por parte del
banco suizo, el gobierno de Estados Unidos contrató a la firma Ernst and
Young, la cual descubrió que UBS también hizo transacciones con Cuba en
el marco del programa de reposición del efectivo.
En el caso de Cuba, el banco suizo, en lugar de reemplazar el dinero por
billetes nuevos, acreditó las cantidades enviadas por el gobierno de la
isla a favor de personas o entidades aún desconocidas en bancos no
revelados.
''Esos son los nombres que se deben saber. Los congresistas de la
Florida Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart deben presionar para
que se sepa a dónde fue a parar ese dinero y de dónde venía'', dijo
Betancourt.
Afirma la pesquisa que los empleados del UBS falsificaron los reportes
mensuales que envían a la Reserva Federal para ocultar las transacciones
realizadas no solamente con Cuba e Irak, sino también con Yugoslavia e
Irán.
A pesar de que el 90 por ciento de las operaciones ilícitas corresponden
a Cuba, los ojos del gobierno y del Congreso de Estados Unidos hasta
ahora sólo se han fijado en las maniobras con Irak.
De acuerdo con Baxter, el banco suizo obtuvo una utilidad de $5 millones
por el manejo del programa ECI durante ocho años.
El 28 de octubre, el gobierno de Estados Unidos canceló el contrato con
UBS. A partir de esa fecha, una firma suiza de abogados contratada por
el banco para realizar una investigación a fondo colaboró con el
gobierno federal en la pesquisa.
El mes pasado, el banco aceptó pagar una multa de $100 millones, la
segunda más alta impuesta por Estados Unidos después de la fijada al
BCCI por lavado de dinero en 1992.
Fuente: El Nuevo Herald
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